Intervenciones preventivas en edades tempranas
Fuente: http://www.biblioteca.cij.gob.mx/publicaciones/prevencion/libro3.pdf
Si bien el consumo de tabaco, alcohol y otras drogas inicia por lo general durante la adolescencia, en el campo de la prevención deben impulsarse políticas públicas y programas dirigidos a la primera infancia. La finalidad es identificar y contrarrestar, de manera temprana, aquellos factores biológicos, psicológicos y sociales que incrementan la probabilidad de padecer en etapas posteriores algún trastorno por consumo de sustancias psicoactivas (National Institute of Drug Abuse [NIDA], National Institutes of Health [NIH], & U.S. Department of Health and Human Services [HHS], 2016). En la infancia pueden confluir distintos factores de riesgo –individuales, familiares y socioambientales–, como la falta de cuidados prenatales, el uso de sustancias psicoactivas por parte de los padres, una disciplina inflexible, un escaso control emocional y dificultades de aprendizaje, que alteran de manera significativa el desarrollo y el bienestar de las niñas y los niños. Las experiencias tempranas de vida son un punto nodal para el futuro. La alteración en los indicadores de desarrollo en la infancia podría tener consecuencias negativas a largo plazo, pues en esta etapa, las personas son más sensibles al impacto de la interacción familiar y social. Una muestra de lo anterior es el estrés tóxico durante la infancia causado por situaciones de pobreza extrema, abuso físico, emocional y sexual, conflictos familiares recurrentes y consumo de drogas por parte de los padres. En los primeros años de vida se conforma el andamiaje neurobiológico –combinación de la genética y el aprendizaje– y se forman las habilidades básicas que servirán de soporte ante futuras circunstancias psicosociales complejas. Las neurociencias han aportado una serie de elementos para explicar la interconexión entre los circuitos neuronales que constituyen la base de la estructura y el funcionamiento cerebral. Conocer y promover esta información entre las personas responsables de la población infantil es una buena práctica en la prevención del consumo de drogas, ya que la detección temprana facilita la atención especializada. Esta etapa de desarrollo representa, por tanto, una oportunidad fundamental para intervenir y prevenir distintas alteraciones en materia de salud física y mental; es en este momento cuando realmente se logra modificar el curso evolutivo –desde un enfoque ontogenético–, para encauzarlo en una dirección saludable, positiva y constructiva. La Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes plantea que las personas menores de 12 años constituyen un grupo de riesgo. La presencia de problemas en la niñez, como el comportamiento negativista desafiante, se relaciona con una elevada probabilidad de progresar hacia otras circunstancias como la conducta antisocial o el abuso de drogas en la adolescencia o la adultez (Frick, Marsee, & Patrick, 2006; Loeber et al., 2005). Centros de Integración Juvenil ha retomado hallazgos científicos, principios metodológicos y estándares de calidad que destacan la importancia de contar con programas preventivos para niñas, niños y adolescentes, que tengan como marco los enfoques del desarrollo positivo y los derechos de la infancia. En CIJ se han diseñado y puesto en práctica programas específicos para prevenir, desde edades tempranas, el uso de sustancias y otros riesgos psicosociales asociados que se presentan en etapas posteriores del desarrollo. Además, con estos programas preventivos, se busca fortalecer hábitos saludables y de autocuidado, valores y comportamientos proactivos, relaciones positivas y ambientes que promuevan el desarrollo saludable a nivel personal y colectivo. Las intervenciones también involucran de manera activa a los padres y las madres de familia, así como a los educadores, docentes u otros responsables de la formación y el cuidado infantil, mediante estrategias enfocadas en reforzar habilidades de crianza, conductas prosociales, desempeño escolar y alternativas de acompañamiento a los menores de edad. En esta Serie Técnica se reúnen experiencias y evidencias con la finalidad de que los profesionales de la salud y la educación cuenten con información científica sobre intervenciones tempranas eficaces y las mejores prácticas. Se incorporan las estrategias del Programa Preventivo “Para vivir sin adicciones” de CIJ dirigidas a la población infantil y a sus estructuras de apoyo. En primera instancia se presentan los indicadores de desarrollo social y afectivo de los niños y los factores de riesgo asociados con el consumo de drogas en la población infantil. Se describen, además, algunos resultados de intervenciones que se han realizado en etapas tempranas para prevenir el consumo de drogas. En el capítulo dos, se aborda la normatividad existente en torno a los derechos de las niñas, los niños y los adolescentes; y se destaca la labor de los profesionales de la salud para emprender acciones que garanticen y fortalezcan el cumplimiento de estos derechos desde el interés superior del niño (Convención sobre los Derechos del Niño [CDN]). El tercer apartado incluye diferentes herramientas de detección de los principales factores de riesgo a nivel individual, familiar, escolar y social asociados con el consumo de drogas, por ejemplo, problemas de conducta, estilos negativos de crianza y violencia escolar, por mencionar algunos. Para finalizar, en el cuarto capítulo se reúnen los principales proyectos que se han realizado en CIJ, para dar respuesta a la necesidad de disponer de alternativas de atención preventiva y promoción de la salud que fortalezcan el sano desarrollo infantil y faciliten la participación de las niñas y los niños. La instrumentación de este tipo de intervenciones desde edades tempranas tiene múltiples beneficios, no sólo en la calidad de vida de esta población, sino también en la de sus familias y comunidades. Esperamos que este libro sea útil para la toma de decisiones y la puesta en marcha de nuevas políticas y líneas de acción que potencialicen el bienestar integral de las niñas, los niños y los adolescentes. Buscamos, asimismo, que ayude a impulsar ambientes libres de drogas.
Mtra. Carmen Fernández Cáceres
Directora General, Centros de Integración Juvenil
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