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Uso recreativo da Maconha
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BRASIL VOTARÁ EN LA ONU EN CONTRA DE REDUCIR EL CONTROL INTERNACIONAL DEL CANNABIS

El Consejo Nacional de Políticas de Drogas (CONAD) celebró una reunión extraordinaria el lunes 6 de julio de 2020, en la que se aprobaron importantes puntos de la agenda que fortalecerán la Política de Drogas en Brasil.

 

En uno de los puntos evaluados, el CONAD rechazó las seis recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hechas a la Comisión de Estupefacientes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para la flexibilización y reducción del control internacional sobre el cannabis y sustancias relacionadas. Ante el claro peligro que cualquier reducción en el control del cannabis y sustancias afines causaría para toda la sociedad brasileña, el CONAD se posicionó de manera contraria a todas las recomendaciones de la OMS. La decisión fue respaldada por una Nota Técnica presentada a la CONAD por la Secretaría Nacional de Atención y Prevención de Drogas (SENAPRED) de la Secretaría de Ciudadanía, en la que se exponían las razones técnicas y científicas en contra de la reducción del control internacional sobre el cannabis y sustancias relacionadas. Esta decisión de la CONAD es de suma importancia, ya que define la posición que el Gobierno brasileño presentará en diciembre de este año 2020, cuando la Comisión de Estupefacientes de la ONU se reunirá para votar sobre el tema. Con esto, Brasil toma una clara postura internacional contra la reducción del control del cannabis y sustancias relacionadas, y reitera su posición a favor de la construcción de una sociedad protegida de las drogas, a favor de la vida, las personas y las familias. Cabe mencionar también que la "Nueva Política Nacional de Drogas", publicada por el Decreto Presidencial Nº 9761, en abril del año pasado, colocó inequívocamente una posición en contra de la liberación de drogas en Brasil, que es defendida por el Gobierno Federal.

 

La decisión de la CONAD fue unánime, lo que demuestra que el Consejo está trabajando en armonía para construir políticas públicas efectivas para combatir las drogas en el país.

 

La ONU cuenta con un sistema internacional de control de sustancias psicotrópicas, que opera a través de Convenios Internacionales, y su cumplimiento es obligatorio y supervisado por la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, organismo de la ONU. La Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas modifica periódicamente las Listas de Sustancias Sicotrópicas Controladas por Convenios Internacionales, teniendo en cuenta las recomendaciones de la OMS. El 24 de enero de 2019, la OMS presentó seis recomendaciones al Secretario General de las Naciones Unidas sobre el control del cannabis y sustancias afines.

 

Las recomendaciones formuladas por la OMS se votarán en el seguimiento de la 63ª sesión de la CND, que tendrá lugar en Viena, Austria, en diciembre de 2020. Los cambios recomendados por la OMS afectan a dos convenios internacionales responsables de la fiscalización internacional de sustancias psicotrópicas. Brasil es signatario de las Convenciones Internacionales presentadas anteriormente y también es miembro de la Comisión de Estupefacientes de la ONU, con derecho a voto en su 63º período de sesiones, que evaluará las recomendaciones de la OMS. Por lo tanto, si son aprobadas por la CND, las recomendaciones de la OMS afectarán negativamente el control del cannabis y sustancias relacionadas en Brasil. De ahí el hecho de que el país esté en contra de todas estas recomendaciones.

 

La situación descrita anteriormente es especialmente preocupante en vista del panorama del cannabis en todo el mundo. En 2019, el "Informe Mundial sobre las Drogas" de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) señaló al cannabis como la droga ilícita más consumida en el mundo: el número de usuarios aumentó aproximadamente un 30%, de 1998 a 2017, llegando a unos 188 millones de personas. De esta forma, una relajación del control sobre el cannabis y sustancias relacionadas empeorará aún más el escenario del creciente uso recreativo de estas sustancias y sus devastadoras consecuencias para todo el conjunto social. Además, es importante tener claro que el uso terapéutico de los componentes del cannabis sigue siendo extremadamente restringido, con muy poca evidencia científica. Así, una posible aprobación de las recomendaciones de la OMS por parte de la CND también dará una falsa idea a toda la sociedad internacional de que el cannabis tiene propiedades terapéuticas innegables, lo cual está muy lejos de la realidad.

 

En este escenario, el Consejo Federal de Medicina (CFM) liberó en Brasil solo "el uso compasivo del cannabidiol como terapia médica, exclusivamente para el tratamiento de epilepsias en la infancia y adolescencia refractarias a las terapias convencionales", reiterando su posición, en una nota técnica publicada en mayo de 2019 (el cannabidiol es una de las cientos de moléculas que componen el cannabis). El Consejo Federal de Medicina (CFM), la Asociación Brasileña de Psiquiatría (ABP), la Sociedad Brasileña de Pediatría (SBP) y la Academia Nacional de Neurología (ABN) son entidades médicas que presentan una posición muy clara sobre las restricciones para el uso del cannabidiol. Además, estas entidades no apoyan el uso terapéutico de ninguna otra molécula de cannabis. En 2016, el Consejo Regional de Medicina del Estado de São Paulo (CREMESP) publicó una Nota Pública sobre el tema: "Cabe aclarar que el término 'marihuana medicinal', aunque tiene atractivo cultural, no refleja el estado actual del conocimiento y el uso de acuerdo con esta designación no respeta los pasos necesarios, aceptados a nivel nacional e internacional, para la aprobación de una nueva terapia... CREMESP fue pionera en apoyar la liberación del uso de cannabidiol (cannabinoide no psicoactivo) para poblaciones con epilepsia infantil severa y refractaria. Sin embargo, el CREMESP afirma que no hay evidencia científica de que exista un uso médico efectivo de la marihuana. El desarrollo de nuevos estudios que ofrezcan evidencia para el posible uso terapéutico del cannabidiol u otros cannabinoides contará con el apoyo de CREMESP. Sin embargo, la aprobación, en este momento histórico, de usos en salud de derivados del cannabis, para los que no se han respetado los procedimientos establecidos para la liberación de medicamentos, merece el repudio y la gran preocupación de este Consejo".

 

Cuando se evalúa la efectividad real del uso terapéutico del cannabis y sus derivados, los resultados son bastante pobres. Cabe destacar que la mayoría de los estudios clínicos publicados tienen baja calidad científica y metodológica. Hasta la fecha, la gran mayoría de los artículos científicos de revisiones bibliográficas y metaanálisis realizados sobre el tema muestran que los cannabinoides (moléculas que componen el cannabis), en general, no son efectivos para el tratamiento de las más variadas condiciones clínicas; Y en los muy pocos artículos de revisión bibliográfica y metaanálisis que muestran pequeños resultados positivos, los autores siempre interpretan los datos con cautela, considerando que el uso clínico de los cannabinoides necesita ser mejor evaluado, debido al escaso número de estudios clínicos realizados, los efectos adversos de estas sustancias en la salud de los pacientes, y las importantes limitaciones metodológicas de los estudios clínicos que los componen. También es importante tener en cuenta que no hay evidencia científica que respalde el uso terapéutico de los aceites de cannabis. Los únicos resultados más consistentes para el uso terapéutico de un cannabinoide, en este caso el cannabidiol, provienen del tratamiento de afecciones epilépticas refractarias, mostrando un efecto modesto pero consistente. También vale la pena señalar que no hay evidencia de seguridad a largo plazo por el uso de cannabinoides, como el cannabidiol. La preocupación es mayor en el caso de los niños y adolescentes, que tienen su sistema nervioso central en formación. En este grupo de edad, existe un riesgo potencial aún mayor en el uso de cannabinoides.

 

Por otro lado, los estudios de revisión de la literatura y los metaanálisis han demostrado consistentemente que el consumo recreativo de cannabis es un factor de riesgo importante para el desarrollo de trastornos mentales graves, como la psicosis (por ejemplo, esquizofrenia) y los trastornos del estado de ánimo (por ejemplo, manía). Además, el consumo de cannabis aumenta el riesgo de suicidio y déficits cognitivos. Un importante estudio publicado en 2015, que resumió la literatura científica publicada en los últimos 20 años, mostró la aparición de importantes problemas personales y sociales derivados del consumo de cannabis.

 

La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, un organismo de la ONU, en un Informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes correspondiente a 2018, presentó importantes cuestiones y sugerencias que deben tenerse en cuenta a la hora de considerar las recomendaciones de la OMS para flexibilizar la inspección del cannabis y las sustancias relacionadas. El organismo señaló que en algunos estados americanos se utilizó la institución de programas de "cannabis medicinal" para abogar, en el futuro, por la legalización de la droga para uso no médico, como si se tratara de un paso preparatorio para sensibilizar a la sociedad sobre acciones posteriores hacia la flexibilización de su uso recreativo. Tal situación conduce a una disminución en la percepción de riesgo de la población de los graves problemas causados por el cannabis, allanando el camino para su legalización, lo que lleva a un aumento del consumo no médico por parte de la población: "Los programas de 'cannabis medicinal' en algunos estados de EE. UU. han sido utilizados por los defensores de la legalización de la marihuana para promover la legalización del uso no medicinal del cannabis en esos estados. La disminución de la percepción del riesgo del consumo de marihuana y la propaganda activa sobre la sociedad de la marihuana por parte de la industria del cannabis presentan grandes desafíos en la prevención del consumo de marihuana entre los jóvenes. Las afirmaciones infundadas sobre los beneficios médicos del cannabis han ido acompañadas de una disminución de la percepción del riesgo del consumo de cannabis entre los jóvenes de Estados Unidos. El consumo de marihuana por parte de adultos en los estados de EE.UU. donde se ha legalizado la marihuana no medicinal puede alentar a los adolescentes a usar la droga en un momento en que sus cerebros son especialmente vulnerables a sus efectos adversos".

 

Inicialmente, para que una determinada sustancia se utilice con fines terapéuticos, debe someterse a una investigación científica para demostrar su seguridad y eficacia para el uso clínico. Por lo tanto, no hay evidencia científica para el uso terapéutico del cannabis crudo. En cuanto a los cannabinoides, solo se admite el uso del cannabidiol en las convulsiones infantiles, como coadyuvante de otros medicamentos, y solo cuando otros enfoques terapéuticos resultan ineficaces. No existe ninguna indicación para el uso de cannabidiol como primera elección en estas condiciones clínicas, y su uso no está indicado de forma aislada, como monoterapia. No hay pruebas científicas del uso del cannabidiol para el tratamiento de pacientes con otras enfermedades. También vale la pena señalar que en algunos estados americanos, algunos países de Europa y algunos otros países de otros continentes, ha habido una proliferación de productos alimenticios, de salud y cosméticos que afirman contener cannabidiol y que se comercializan para usos terapéuticos o médicos. Esto pone en riesgo a los consumidores porque muchos de estos productos aún no han demostrado ser seguros o eficaces. La comercialización engañosa de tratamientos a base de cannabis y sustancias relacionadas, que no están científicamente probadas, también plantea importantes problemas de salud pública, ya que los pacientes y otros consumidores pueden verse influenciados para no utilizar terapias científicamente aprobadas, seguras y clínicamente eficaces para tratar enfermedades graves e incluso mortales. Además, según la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA, por sus siglas en inglés), hay muchas preguntas sin respuesta y lagunas de datos sobre la toxicidad del cannabidiol, y algunos de los datos disponibles plantean serias preocupaciones sobre los posibles daños de esta sustancia. Además, es importante tener en cuenta que no existe evidencia científica que respalde el uso terapéutico de otros compuestos del cannabis, como el delta-9-tetrahidrocannabinol (THC). Tampoco hay evidencia científica que respalde el uso terapéutico de los aceites de cannabis.

 

Además, es muy importante que cualquier posible uso terapéutico de un componente del cannabis se evalúe rigurosamente y se pruebe utilizando métodos científicos adecuados. Ya no es posible que esta situación sea explotada de manera ideológica por grupos que quieren liberar el cannabis en Brasil. Tampoco se puede aceptar que la sociedad brasileña sea engañada por grupos de interés que quieren explotar un posible mercado de cannabis en el país. Es inaceptable que el uso terapéutico, restringido a una sola molécula de cannabis, se utilice como punta de lanza para la liberación de esta droga en el país. Es muy importante que toda la sociedad brasileña esté debidamente informada sobre este tema.

 

En cuanto a los efectos nocivos relacionados con el uso recreativo del cannabis, vale la pena señalar que conducir bajo la influencia de la marihuana aproximadamente duplica el riesgo de un accidente automovilístico, y que aproximadamente uno de cada 10 consumidores habituales de cannabis desarrolla dependencia. El consumo regular de marihuana en la adolescencia duplica aproximadamente el riesgo de abandono escolar prematuro, deterioro cognitivo y psicosis en la edad adulta. El consumo de cannabis también es un factor de riesgo para episodios de manía y suicidio. El consumo regular de cannabis en la adolescencia también está fuertemente asociado con el consumo de otras drogas ilícitas. El consumo de cannabis puede ser adictivo, y existe una asociación constante entre el consumo regular de cannabis y los malos resultados psicosociales y de salud mental en la edad adulta. Por lo tanto, no se justifica la eliminación del cannabis de la Lista IV de la Convención Internacional de 1961, tal y como recomienda la OMS, porque dicha droga causa dependencia y produce graves efectos nocivos en sus usuarios, familias y la sociedad en su conjunto. Además, cabe destacar que una posible aprobación de las recomendaciones de la OMS por parte de la Comisión de Estupefacientes de la ONU favorecerá el aumento de la producción, comercio, almacenamiento, posesión y uso de cannabis a nivel mundial, con una disminución de la supervisión de dichas actividades. Esta situación también contribuirá a reducir la percepción de riesgo de la población sobre los graves daños que el cannabis causa a sus usuarios, a sus familias y a todo el grupo social, afectando principalmente a las capas más vulnerables de la sociedad. Sin duda, este escenario aumentará los graves problemas relacionados con las drogas que ya han estado afectando a la comunidad internacional en los últimos tiempos. También vale la pena mencionar que el propio organismo de la ONU, la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, expresa claramente su preocupación por las consecuencias del supuesto uso médico del cannabis y sustancias relacionadas. Ante esto, también queda claro que no existe consenso entre los organismos que conforman la propia ONU sobre el uso terapéutico del cannabis y sus impactos en diversos países del mundo. En vista de lo anterior, Brasil está en contra de la aprobación de las recomendaciones de la OMS por parte de la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas, que prevén la reducción del control internacional sobre el cannabis y sustancias afines.

 

Texto escrito por el Dr. Quirino Cordeiro, Secretario Nacional de Atención y Prevención de Drogas del Ministerio de Ciudadanía y Miembro del Consejo Nacional de Políticas de Drogas (CONAD).

Fuente: http://mds.gov.br/obid/artigos/brasil-defendera-na-onu-posicao-contraria-a-reducao-do-controle-internacional-sobre-a-cannabis?fbclid=IwAR0_rpAc94f7HOi1L1Xy9G7N_6UlFUU3WZZmH8xGlHgXp_03vCEWJ4gmBLk