Un estudio aborda el perfil de los visitantes de Cracolândia en el centro de São Paulo
El 3 de febrero de 2020 se divulgaron los datos de una encuesta realizada por la Unidad de Investigación en Alcohol y Drogas (UNIAD), de la Universidad Federal de São Paulo (UNIFESP) y que mapeó el perfil de los visitantes en 2016, 2017 y 2019.
Esta encuesta se llevó a cabo en cuatro momentos diferentes: en mayo de 2016, mayo de 2017, junio de 2017 y octubre de 2019.
Los resultados se obtuvieron a través de métodos mixtos. Para investigar el perfil, se realizaron entrevistas con una muestra obtenida por el método "tiempo-localización", que consiste en determinar los perímetros de ocupación de la población y seleccionar a los participantes en un barrido en días y horas aleatorias.
Según los investigadores, el método permite que los datos recopilados sean representativos de toda la población objetivo.
El conteo poblacional se realizó con días y horas aleatorias. El estudio complementario para determinar los aspectos económicos de la obtención del medicamento involucró la entrevista a 30 usuarios seleccionados a través de un muestreo por conveniencia.
Desde 2016 se han realizado estimaciones del tamaño de la población utilizando una metodología especialmente desarrollada para dar cuenta del número medio de visitantes en la región, teniendo en cuenta las variaciones en la ocupación del territorio y las fluctuaciones en la concentración de usuarios en diferentes días y horarios.
Los resultados de la metodología hicieron que se replicara en otras capitales del país, y entonces se denominó "Encuesta de Escenas de Uso de Capital" (LECUCA).
"Debido al escenario extremadamente complejo que se presenta en Cracolândia, que está compuesto por una población fluctuante y también varía en cuanto a los espacios que frecuenta, tuvimos que utilizar metodologías igualmente complejas, lo que permitió que los datos obtenidos representaran realmente toda la diversidad de los individuos que viven en el lugar", concluye la investigadora responsable del estudio, Clarice Sandi Madruga.
En una entrevista con CBN SP Radio, Clarice Madruga responde preguntas sobre el estudio (al que se puede acceder en su totalidad a continuación).
Vea extractos de la entrevista:
CBN: ¿Es posible decir que algún día Cracolândia terminará?
Clarice Madruga: Un gran error que cometemos cuando no estamos insertos en el contexto es ver a estos usuarios como si fueran una sola población, una población homogénea, cuando en realidad no lo son.
Uno de los datos más interesantes que arrojó la encuesta es que la mayoría de los usuarios provenían de sus propios hogares, de sus familias. Tenían un pasado en el que habían trabajado y estudiado. Por lo tanto, se trata de una pequeña proporción de personas que ya eran vulnerables antes del contexto de dependencia química. Esto rompe un montón de prejuicios de que tenemos que pensar que todo es un problema social y que, si ofrecemos este apoyo social solo, todo se va a solucionar. ¡Claro que no!
Tenemos que pensar que la dependencia química es una enfermedad crónica, muy grave, muy difícil de tratar y que para ello se necesitan acciones combinadas, nunca solo sanitarias o solo sociales. Siempre una combinación de todo esto.
Otro aspecto importante que revela la investigación es que, dentro de la diversidad de esta población heterogénea, existe una proporción muy accesible a cualquier abordaje. Tanto es así que, durante las entrevistas, los propios entrevistadores solían remitir a las personas a buscar algún tipo de ayuda.
Entonces, había este deseo latente de ser ayudado, de salir de allí, pero al mismo tiempo hay una gran proporción de personas que han estado allí durante más de 5 años, que van y vuelven y que tienen a la cracolândia como su gran referente social. Los acercamientos encuentran sedes como la de la población que allí se encuentra.
CBN: La mayoría quiere y pide ayuda. ¿Cuántos años existe el cracolândia?
Clarice Madruga: Está registrada desde 1980.
CBN: ¿Podemos decir, entonces, que hasta ahora ninguna política pública ha sido efectiva en este sentido? Porque solo lo vemos en aumento...
Clarice Madruga: Entonces, esta percepción es peligrosa, porque desde afuera tenemos esta impresión, realmente. Es como un grifo abierto: esta proporción que está realmente motivada tiende a ser exitosa y a entrar en el flujo de las acciones que allí existen. Por lo tanto, las acciones funcionan, pero solo para una proporción de esta población y no para el 100%. Lo que mostró el estudio es que hay más o menos un tercio que se va, pero siempre hay un tercio que llega.
Desde 2016 se han producido estos picos en los que la población alcanza las 1500, 1800 personas, baja después de alguna operación, vuelve a 400/500 usuarios allí. Y lo que se nota cuando hay pocas personas es que la mayoría de ellas son nuevos usuarios. Entonces, no es que sean los mismos volviendo allí. Lo que ocurre es que el grifo no se cierra. No hay suficiente prevención, apoyo o apoyo para que las familias puedan tratar a sus familiares por adicción, lo que termina desconectándolos, desconectándolos de sus familias, perdiendo sus lazos sociales y yendo a cracolândia.
Es muy peligroso pensar que nada de lo que se ha hecho está funcionando, ¡porque lo está! Si no funcionara, la cracolândia aumentaría en un tercio cada año. Por lo tanto, no podemos pensar que vamos a resolver este problema sin acciones reales, con prevención y apoyo a los tratamientos.
CBN: Un punto muy interesante de la encuesta, si bien tiene un flujo que va cambiando, es que un poco más del 40% lleva más de 5 años ahí. De esta manera, casi la mitad de esta población vive allí en Cracolândia.
Clarice Madruga: Este es un desafío enorme, precisamente por eso: la gente tiene a la cracolândia como su referencia social, su red está ahí y, a pesar de que ese contexto es tan malsano, esta es la referencia de muchas personas y, de hecho, existe el único lugar donde han tenido un papel en la sociedad: está el que hace la barbacoa, otro que baila, otros que hacen arte y lo piden en los faros. Por lo tanto, hay una identidad social en su interior, lo que no significa que haya que modificar la forma de estar allí.
No es posible comparar la cracolândia con escenas de uso en otros países, por ejemplo, donde la droga utilizada es la heroína, una droga sedante. El crack es un estimulante y, por lo tanto, las personas no pueden dejar de caminar. Nunca sería posible colocar a estos usuarios dentro de un solo entorno.
CBN: ¿Esta investigación analizó la tasa de mortalidad de estas personas que frecuentan cracolândia?
Clarice Madruga: Hay un estudio del Dr. Marcelo Ribeiro en la UNIAD que muestra el seguimiento de los usuarios de crack a lo largo de los años, entendiendo cómo funciona la mortalidad de los usuarios. Es interesante, en primer lugar, romper la concepción de que el crack tiene una mayor probabilidad de muerte por sobredosis: esto no es cierto. La muerte por sobredosis tiene mucho más que ver con la cocaína inhalada y otras drogas que con el crack, que se fuma.
Lo que está aumentando esta mortalidad, que ya es alta, son otros factores, principalmente la violencia (la mayoría de las veces, el usuario que está en este contexto le debe mucho dinero al traficante, lo que incluso le imposibilita salir de cracolândia) y también las enfermedades de transmisión sexual (es más común que el usuario tenga una mayor mortalidad debido a casos de sífilis y enfermedades de transmisión sexual en general).
La investigación lo detectó, en el sentido de entender cómo funciona el mantenimiento de los tratamientos para esa población que, durante un tiempo, estuvo muy presente (la tasa de personas que fueron tratadas por sífilis, VIH y hepatitis es más alta que la de muchos países del mundo con escenarios similares).
Hemos tenido éxito en el abordaje de las escenas de uso, con acciones públicas para que los usuarios hagan y mantengan el tratamiento (es un reto enorme hacer que los usuarios mantengan el tratamiento).
El tratamiento más exitoso y llevado hasta el final es la sífilis, ya que es un tratamiento rápido. El VIH, por su parte, no es tan sencillo, ya que exige un mantenimiento continuo y requiere que todos los servicios de salud tengan esto como prioridad: identificar los positivos, acercarse a los usuarios y hacer un trabajo de motivación para que inicien el tratamiento (todos tienen una depresión muy alta y pensamientos suicidas, lo que hace que el problema sea más desafiante).
CBN: Podemos citar algunas cifras de esta encuesta: el 49% de los usuarios se sometieron a la prueba de tuberculosis en el último año y casi el 13% dieron positivo. A 8 pacientes se les realizó la prueba de sífilis y el 63% dieron positivo. En salud mental, la automutilación, 41%. 58% de psicóticos entre los que frecuentan cracolândia. Casi el 40% son intentos de suicidio.
CBN: Se destaca el valor de R$ 192,00 por día gastado por cada usuario en la región y allí circulan 9,7 millones de reales por mes. ¿Qué dicen los usuarios sobre el origen de este dinero?
Clarice Madruga: Los medios de comunicación distorsionaron un poco esta información. Tenemos un estudio económico paralelo que se hizo con una muestra de solo 30 usuarios, porque son datos muy sensibles y no se podría lograr esto con toda la muestra de la encuesta que se hace todos los años, en el método con el que se hace. Lo que se ha descubierto es que hay una gran proporción que obtiene ese dinero a través de otra fuente de ingresos: preguntando en el faro y/o en las estaciones de reciclaje (por eso el cracolândia se ve tan sucio: toman este material para clasificarlo y ver qué tiene valor para venderlo o intercambiarlo por drogas). El robo es una fuente de ingresos, pero no es la principal. El valor de R$ 192,00 por día es el valor promedio. Algunos gastan mucho más.
CBN: En otros lugares del mundo que también tienen cracklands, ¿qué se ha hecho para reducir y no tener esta dimensión que tiene en São Paulo?
Clarice Madruga: Las experiencias en las que podemos inspirarnos tienen que ver con centros que hacen esta combinación ideal entre salud y apoyo social. Siempre tenemos que pensar que habrá una proporción que ya no tenga una familia que pueda ser rescatada y que necesitará apoyo social a largo plazo, no tiene sentido pensar que la atención ambulatoria solo lo resolverá, porque ni siquiera tienen un lugar para dormir por la noche. Entonces, hay que pensar en lo social, con una cama para dormir y con el rescate de estas cosas más básicas como bañarse, desayunar.
CBN: Estados Unidos y Gran Bretaña están llevando a las personas que son arrestadas por robo y hurto a comprar drogas para su tratamiento, en lugar de ir a prisión. ¿Qué te parece esta iniciativa?
Clarice Madruga: Muchas personas que están en centros penitenciarios han sido detenidas no solo por portar o traficar drogas ilícitas, sino también por robar o cometer algún delito para obtener el dinero para el consumo. Por lo tanto, llevar a cabo acciones sanitarias que traten y rescaten la reinserción social mientras estas personas están detenidas es una estrategia magnífica y que debemos considerar, incluso antes de pensar en cambiar cualquier legislación. Es necesario atender a la población carcelaria, identificar a quienes necesitan atención y aprovechar esta oportunidad para que haya alguna acción sanitaria.
CBN: Todavía en relación a la encuesta y qué llevó a la persona a empezar a ir a la región, en primer lugar, el 31% respondió que es porque allí hay drogas. Pero, ¿por qué llegan las drogas allí? ¿Por qué el Estado no puede controlar las drogas? ¿Es posible que la policía controle la llegada de drogas a Cracolândia?
Clarice Madruga: Lo que he notado es que la policía está haciendo lo que puede. Las acciones no terminan y creo que tiene que ser más estratégico. Es muy difícil reprimir la entrada de drogas en el mundo del crack. Mientras solo estemos mirando a cracolândia, no será efectivo. Tenemos que pensar en acciones de seguridad mucho más estratégicas y mucho más amplias. Creo que eso es lo que falta.