Fumar aumenta en gran medida el riesgo de complicaciones después de la cirugía
Un estudio conjunto realizado por la Organización Mundial de la Salud y la Universidad de Newcastle en Australia ha encontrado que las personas que dejan de fumar tabaco al menos cuatro semanas antes de someterse a una cirugía tienen un menor riesgo de complicación y muestran mejores resultados seis meses después.
Los investigadores encontraron que los pacientes eran menos propensos a sufrir de infecciones postquirúrgicas y eran menos propensos a ser readmitidos en el hospital para recibir atención adicional.
La nicotina y el monóxido de carbono reducen los niveles de oxígeno, lo que puede conducir a complicaciones cardíacas postquirúrgicas. Fumar también reduce la eficacia de nuestro sistema inmunitario, aumentando el riesgo de infección y una recuperación más lenta.
Es vital que los profesionales toquen a los pacientes conscientes del impacto del tabaquismo en la recuperación. La perspectiva de la cirugía puede causar ansiedad y las personas pueden aumentar la ingesta de tabaco en el agotamiento de su operación. Por lo tanto, el apoyo, la orientación y el estímulo para ayudar a las personas a reducir o dejar de fumar antes de someterse a una cirugía son vitales.