El cannabis medicinal ha sido publicado como una solución a la crisis de sobredosis de opioides en Estados Unidos desde Bachhuber et al. [M. A. Bachhuber, B. Saloner, C. O. Cunningham, C. L. Barry, JAMA Intern. 174, 1668-1673] encontró que de 1999 a 2010 los estados con leyes de cannabis medicinal experimentaron aumentos más lentos en la mortalidad por sobredosis de analgésicos opioides. Esa investigación recibió una atención sustancial en la literatura científica y la prensa popular y sirvió como punto de conversación para la industria del cannabis y sus defensores, a pesar de las advertencias de los autores y otros para tener cuidado al usar correlaciones para extraer conclusiones causales a nivel individual. En este estudio, utilizamos los mismos métodos para extender el análisis de Bachhuber et al. hasta 2017. Los hallazgos del análisis original no sólo no se mantuvieron durante el período más largo, sino que la asociación entre las leyes estatales de cannabis medicinal y la mortalidad por sobredosis de opioides invirtió la dirección del 21% al +23% y se mantuvo positiva después de contabilizar la leyes de cannabis. Tampoco descubrimos ninguna evidencia de que las leyes de cannabis más amplias (recreativas) o más restrictivas (bajo-tetrahidrocannabinol) estuvieran asociadas con cambios en la mortalidad por sobredosis de opioides. Nos parece poco probable que el cannabis medicinal, utilizado por alrededor del 2,5% de la población estadounidense, haya ejercido grandes efectos contradictorios en la mortalidad por sobredosis de opioides. Una interpretación más plausible es que esta asociación es falsa. Además, si tales relaciones existen, no pueden discernirse rigurosamente con datos agregados. La investigación sobre el potencial terapéutico del cannabis debe continuar, pero la afirmación de que la promulgación de leyes de cannabis medicinal reducirá la muerte por sobredosis de opioides debe ser recibida con escepticismo.