Fumar tabaco es una enfermedad crónica que afecta a una quinta parte de nuestra población. Sin embargo, la mayoría de los fumadores no es consciente ni busca tratamiento para su problema. Algunos pacientes son capaces de llegar a la abstinencia por sí mismos, pero la mayoría necesita algún tipo de terapia médica-psicológica. La mejor terapia para alcanzar la abstinencia o la mejora dependerá de la etapa de cambio de conducta. Presentamos un caso de extrema fumar (80 cigarrillos al día) que presentaron un infarto de corazón y que fue tratada con éxito con un stent. Después de él fue dado de alta del hospital fue ingresado en el programa de abandono del hábito de fumar. Cursó el programa de 8 semanas y disminuyó su fumar en 94% al final del programa. Este caso representa los desafíos clínicos y complejidad de tratamiento para pacientes con un alto grado de dependencia de la nicotina a pesar de consecuencias amenazantes de vida de tabaco.