¿Cómo influye la falta de sueño sobre la conducta adictiva?
FRAGMENTO
Introducción
En su Tractatus Theológico-Politicus, Baruch Spinoza escribió que “es una ley universal de la naturaleza humana que nadie rechaza lo que considera bueno excepto por la esperanza de un bien mayor o el miedo a una gran pérdida, y que nadie soporta ningún mal excepto para evitar un mal mayor u obtener un gran bien”. En otras palabras, para Spinoza existían dos fuerzas fundamentales que dirigían la conducta humana: la búsqueda de recompensas y la evasión del castigo.
En las neurociencias, una recompensa puede definirse como aquel estímulo que se traduce en sentimiento de placer, excitación y gozo; es el componente principal del aprendizaje basado en incentivos y la realización de conductas dirigidas y consumatorias. Históricamente, las recompensas le han permitido al humano sobrevivir al conservar aquellas conductas que facilitan la obtención de alimento, agua, compañía, sexo y descendencia. No obstante, al mismo tiempo han influido en el desarrollo de conductas nocivas como la compulsión y el abuso de sustancias.