Revisión de alternativas a los esfuerzos de encarcelamiento en todo el mundo
Los trastornos por uso de sustancias son enfermedades crónicas recurrentes, a menudo recurrentes, que afectan el cerebro y deben tratarse dentro del ámbito de la salud pública de manera similar a otras enfermedades como la diabetes y las enfermedades cardíacas. Esta comprensión, sin embargo, no encuentra fácilmente su camino en la política pública o social.
Las personas que sufren de trastornos por uso de sustancias no tratados con mayor frecuencia terminan en el sistema de justicia penal debido a la actividad delictiva relacionada con su enfermedad y la necesidad de apoyar su adicción. El sistema de justicia penal se convierte en el repositorio de personas con trastornos por uso de sustancias y ese sistema puede ser el primer lugar donde las personas que sufren de la enfermedad ingresan al tratamiento. Por lo tanto, las oportunidades para intervenciones de tratamiento ocurren a lo largo del continuo de justicia desde el arresto hasta el enjuiciamiento, la sentencia, el encarcelamiento y la liberación. La creación de intervenciones de tratamiento sistemáticas que ofrecen tratamiento en lugar de encarcelamiento o enjuiciamiento adicional da como resultado una reducción de la actividad delictiva y aumenta las oportunidades de recuperación.
En la primavera de 2021, los estudiantes graduados de John Jay College of Criminal Justice completaron una tarea de investigación de un semestre en asociación con el Proyecto de Laboratorio de Diplomacia del Departamento de Estado. El objetivo del proyecto era investigar la preparación de los países para ampliar las alternativas al encarcelamiento (ATI) para las personas con trastornos por uso de sustancias (SUD).
Los estudiantes recopilaron datos de 193 Estados Miembros de la ONU (más Palestina, Kosovo y Taiwán) a través de varios factores, incluido el código legal, la estrategia nacional de control de drogas, la opinión pública, la capacidad de tratamiento y los tipos específicos de ATI en funcionamiento. En general, los hallazgos indicaron que alrededor de la mitad de los países tienen leyes que permiten las ETI para los trastornos por uso de sustancias, mientras que menos de un tercio tienen estrategias nacionales de control de drogas que permiten el desarrollo de estas alternativas. El alcance monumental de este proyecto, el primero de su tipo, proporciona información detallada sobre el estado de los ATI para los LED en cada país.
Como tal, este informe presenta el primer intento de compilar esta información de manera global y completa. Un video de la reunión del webinar con la presentación de resultados está disponible aquí.
Estudiantes de posgrado:Emma Barton, Charlotte Drozd, Anne Fatooh, Katelyn Ferguson, Marc Gale, Parkash Garcha, Karen Giraldo, Aimee Hanstein, Matthew Jobson, Josephine Kehm, Lindsay Lerner, Meera Martin, Devon McManamon, Mervyn Payne, Brianna Rivers, Bianca Suazo, Arlinda Xhuveli.
Bajo la supervisión de la profesora Rosemary Barberet, Departamento de Sociología, John Jay College of Criminal Justice