Hay evidencia que sugiere que los adolescentes que reciben alcohol de sus padres están en mayor riesgo de desarrollar patrones de consumo nocivos más adelante en la vida.

A pesar del vínculo relativo, el conocimiento en torno a este tema sigue sin estar claro.

Un estudio reciente en Australia ha tratado de obtener una comprensión más fiable de la cuestión mediante el análisis de datos longitudinales.

Los investigadores recopilaron información de 1906 escolares reclutados en el primer año de la escuela secundaria. Los investigadores estaban particularmente interesados en preguntar a los niños si sus padres daban, o les permitían tener alcohol, y cuánto.

Las variables de resultados fueron autoinformadas como consumo excesivo de alcohol, daños relacionados con el alcohol y síntomas del trastorno por consumo de alcohol.

Los resultados del estudio encontraron que:

• El suministro de alcohol por parte de los padres durante la adolescencia vio un mayor riesgo de consumo excesivo de alcohol y daños relacionados con el alcohol en el año siguiente al período de exposición en comparación con el no suministro en la adolescencia.
• El inicio temprano de la oferta de los padres también aumentó el riesgo de consumo excesivo de alcohol y cualquier daño relacionado con el alcohol
• No hay pruebas que sugieran que el suministro parental de alcohol actuara como un factor protector para cualquiera de los daños adultos examinados

Los autores concluyen que los padres deben evitar suministrar alcohol a sus adolescentes. Es importante que los padres tengan conversaciones abiertas e informadas con sus hijos sobre el daño potencial que el alcohol puede causar.