Abstracto

Antecedentes: Para la Organización Mundial de la Salud, la salud electrónica (eHealth) se considera una manera eficaz de mejorar las prácticas terapéuticas y la prevención de enfermedades en la salud. Las herramientas digitales conducen a cambios importantes en el campo de la medicina mental, pero se requieren análisis específicos para comprender y acompañar estos cambios.

Objetivo: Nuestro objetivo era destacar las posiciones de las diferentes partes interesadas del sistema de atención de salud mental en los servicios y herramientas de eSalud, así como establecer perfiles profesionales y de grupos de usuarios de estos puestos y los usos de estos servicios.

Métodos: Con el fin de adquirir las opiniones y expectativas de las diferentes categorías de personas, llevamos a cabo un estudio cualitativo basado en 10 grupos focales (n-70, de 3-12 personas por grupo) compuestos por: médicos generales, psiquiatras, psicólogos, trabajadores, terapeutas ocupacionales, enfermeras, cuidadores, usuarios de servicios de salud mental, representantes de usuarios y el público en general. Los análisis de las discusiones de los grupos focales fueron realizados de forma independiente por cuatro investigadores a través de una cuadrícula de análisis común. El método comparativo constante se adoptó en este marco.

Resultados: Los entrevistados expresaron diferentes problemas que las nuevas tecnologías generan en el campo de la salud mental. Lo que antes estaba estrictamente bajo la jurisdicción de los médicos ahora tiende a ser fragmentado y distribuido en diferentes grupos y lugares. Las nuevas tecnologías reposicionan la atención en el campo de las actividades domésticas, más que terapéuticas, y por lo tanto se cuestiona la concepción de la atención como una actividad autónoma en la vida del sujeto. El ideal de autonomía social a través de la tecnología forma parte de la nueva lógica de la democracia y el empoderamiento de la salud, que está vinculada a una fuerte aspiración contemporánea a realizar. Los participantes destacaron que existía el riesgo potencial de una disminución de la autonomía del paciente comprometido digitalmente, mientras que el empoderamiento personal podría convertirse en un conjunto de obligaciones.

Conclusiones: Esta investigación cualitativa pone de relieve la heterogeneidad de las opiniones entre los grupos y dentro de cada grupo. Sugiere que las opiniones sobre los dispositivos electrónicos de salud mental aún están lejos de estabilizarse, y que debe establecerse un proceso de gestión del cambio para regular el desarrollo y facilitar el uso de estas herramientas.