12 de octubre - Día del Niño
Juguetes, juguetes y más juguetes. A menudo, dicen los expertos, en el afán de comprar el regalo favorito, que sobre las voluntades y gustos de los niños, los padres olvidan algo que no se puede comprar, ni traducido en números: presencia.
"Tenemos que ver las cantidades que la tarjeta de crédito y el dinero no compran. Regalar es algo muy hermoso y a todo el mundo le gusta, pero no debe ser una prioridad, y mucho menos ofreceda como reemplazo del afecto y la presencia permanente en la vida de hijos e hijas", dice Ana Abreu, investigadora en educación de la Universidad Federal de Alfenas.
El educador argumenta que, aunque es importante que los bebés tengan juguetes, es esencial que tanto ellos como los padres sepan que el propio cuerpo del niño siempre será su juguete más grande. Además, corresponde a los miembros de la familia ser los primeros mediadores del proceso de construcción del conocimiento, conscientes de que sólo con su compromiso los niños pueden pasar de una etapa de desarrollo a otra.
En este punto, vale la pena mencionar que los juegos juegan tienen un papel fundamental para la creación del universo lúdico del bebé. Según los estudios desarrollados en la zona, el acto de jugar tiene tres objetivos principales: el placer, el desarrollo de expresiones y sentimientos, y el aprendizaje. Sí, es cierto, es una broma que uno aprenda: vivir juntos, organizarse (al almacenar juguetes), ponerse en el mundo.
Pero eso se refiere a los juegos, no a los juguetes en sí. Jugar implica el tacto, la voz, el olfato, la voluntad, la disponibilidad y la paciencia. Estar cerca es clave. Aunque los más pequeños no sean conscientes de la importancia de la presencia de los padres, esto también será decisivo para su desarrollo social.
Además, es a través del juego que los padres y tutores son capaces de entender el mundo de los niños, al igual que la coordinación motora, ya sea que hablen mucho o no, sean introspectivos o escandalosos, cómo construyen y organizan el mundo y sus valores, sus preocupaciones, problemas y deseos. Por lo tanto, para acercarse y entender este universo, lo mejor es entrar en la atmósfera de juego y respetar las reglas, costumbres y manías del niño.
Es importante reflexionar sobre cuándo empezar a hablar de drogas, un tema que impregna la imaginación de los padres y maestros cuando se trata de la prevención. Este problema se puede abordar en varias ocasiones y, desde el momento en que el niño demuestra ser capaz de entender una historia, es posible hablar de drogas con ella. Uno puede utilizar juegos para hablar, en esta etapa, sobre la importancia de no consumir cosas que son malas para la salud, por ejemplo.
Esta es también una fase para comenzar a mostrar a los niños los valores morales, creencias, patrones de comportamiento y actitudes de los padres al pasar por el modelo de creación, conductas y normas establecidas, que pueden actuar como factores protectores del uso de drogas por parte de los niños.
"La ausencia de padres puede tener efectos nocivos en el desarrollo de los niños, como sentimientos de rechazo, soledad recurrente y ansiedad, que pueden catalizar problemas psicológicos más adelante. Lo triste es que a veces la ausencia es tan común que puede considerarse una marca de convivencia entre los más pequeños y los miembros de la familia".
Freemind e ISSUP Brasil desean que todos los niños puedan haber garantizado verdaderamente sus derechos a jugar, soñar y ser felices sin drogas, no sólo el 12 de octubre, sino todos los días del año.
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