La evidencia ha demostrado que las personas liberadas de la prisión están en mayor riesgo de sobredosis de drogas en las primeras 2 semanas después de la liberación en comparación con la población general. Después de un período de abstinencia relativa, la tolerancia de las personas que usan opioides se reduce en gran medida y, como resultado, tienen un riesgo particularmente alto de sobredosis si reanudan el uso.

Con el fin de apoyar a este grupo de personas particularmente vulnerable, el Instituto Nacional de Salud está desarrollando una nueva intervención de telesalud. Para aprender cómo prevenir mejor la recaída y la sobredosis, los investigadores están probando maneras de conectar a los reclusos con el tratamiento basado en la comunidad y los servicios de apoyo para la OUD antes de que se liberen.

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