Supervisión y supervisión de los padres
La adolescencia se caracteriza por el paso de la infancia a la edad adulta. En esta etapa, es totalmente normal y común que los niños puedan vivir nuevas experiencias fuera del entorno familiar. Quieren construir su propia identidad. Quieren unirse a un grupo, quieren socializar.
Y es totalmente natural que salgan de sus hogares para ver este nuevo mundo que está por delante de ellos. Pero es muy importante que los padres puedan entender que aunque físicamente están bien crecidos, todavía están desarrollando la parte del cerebro que es responsable de la toma de decisiones, llamada la corteza prefrontal.
Por lo tanto, sus hijos todavía necesitan supervisión y monitoreo de los padres, que son prácticas educativas relacionadas con las habilidades de: saber dónde están los niños, con quién están, qué están haciendo y con qué gastan su dinero. En otras palabras, podemos decir que son prácticas educativas que están vinculadas a la capacidad que los padres tienen para saber acerca de la vida de sus hijos.
Para el buen desempeño de esta práctica parental, es esencial que entendamos dos conceptos importantes: monitoreo positivo y monitoreo negativo.
El monitoreo positivo se puede definir como un conjunto de prácticas educativas que están vinculadas a la atención y el conocimiento que los padres tienen sobre dónde están sus hijos, con quién están, qué están haciendo y con qué gastan su dinero. Además, en el monitoreo positivo hay claras demostraciones de afecto y apoyo emocional, especialmente en momentos en que los niños más lo necesitan. Esto abre un canal franco de comunicación y fortalece los lazos familiares, dispensando así la necesidad de una supervisión estresante.
El monitoreo negativo,también llamado supervisión estresante,se caracteriza por una supervisión excesiva y repetidas intrusiones en la vida de los niños. Esto tiende a generar un ambiente familiar hostil, estresado y sin diálogo, ya que los niños tienden a desarrollar una manera, una manera de proteger su privacidad. De esta manera, no comparten sus sentimientos con sus padres y evitan hablar con ellos sobre sus propias vidas.
Preste atención a los siguientes consejos de supervisión y supervisión parental:
1er consejo: Establecer límites y reglas de la vida familiar - En este momento es cuando usted estipula los derechos y deberes de sus hijos. Si es posible, involucre a sus hijos en el proceso de construcción de estas reglas. Esto les ayuda a entender la lógica detrás de ellos y les ayuda a cumplirlas.
2o consejo: Sea consistente en sus actitudes – Los padres necesitan trabajar para que las reglas se mantengan de manera consistente y consistente.
3er consejo: Participe en las actividades de sus hijos – Este es el momento en que facilita el favorecer los lazos familiares. Es el momento en que su hijo se da cuenta de lo mucho que usted se preocupa por él y al mismo tiempo que lo monitorea.
4o consejo: Conoce a los amigos de tus hijos - Si es posible, vive con ellos. Tráelos a tu casa. Observe cómo sus hijos se relacionan con sus amigos, lo que piensan sus amigos, lo que piensan y cuáles son sus opiniones. Hable con los amigos de sus hijos. Esto le ayudará a tener una mayor dimensión de las relaciones que sus hijos tienen con los demás y a entender cómo esos amigos pueden influir en ellos.
Consejo de la película: Coach Carter (2005) – Entrenamiento para la vida. La película, basada en hechos reales, es la historia de Ken Carter, un entrenador de baloncesto en una escuela en el suburbio de Richmond, Virginia, EE. UU. Esta película muestra cómo un entrenador puede influir positivamente en la trayectoria de vida de varios adolescentes que vivían en una situación vulnerable y que tenían varios factores de riesgo asociados con el consumo de drogas. Vale la pena verlo.